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jueves, 3 de marzo de 2011

Migrantes centroamericanos realizan viacrucis



Agencia MANL

Tultitlán, Méx.- “Ser migrante no es un delito” decía en el texto de una pancarta que portaba un centroamericano en el Viacrucis del Silencio que realizaron ONGs y centroamericanos para simular el martirio que vivió antes de ser crucificado, porque es el mismo que sufren hundureños, salvadoreños y guatemaltecos, entre otros, que pasan por Mèxico con la intención de llegar a los estados unidos en busca del sueño american.

Caminaron a partir de la Casa del Migrante San Juan Diego, ubicada en la Calle Cerrada de La Cruz, Colonia Lechería, después de caminar cerca de dos kilómetros llegaron a la estación Tultitlàn del tren suburbano, donde “se construyó un muro de la vergüenza”, dijo Guadalupe Calzada.

Cerca de cien centroamericanos ilegales, la mayoría procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala portaban mantas y cartulinas donde se leía: “Dios no tiene Pasaporte”. “que tire la primera piedra quien no haya tenido una mancha de migración en su árbol genealógico”. O citas bíblicas como:” Tuve hambre y me dice de comer; tuve sed y me diste de beber; fui forastero y me recibiste en tu casa”.

Durante el trayecto representaron el rito católico del Vía Crucis de 14 estaciones, en cada una de las cuales hicieron notar que también Jesucristo fue migrante, despojado de sus vestidos, desnudado, golpeado y vilipendiado; sin embargo, decía una de las cartulinas, “la historia ha demostrado que no hay muro capaz de contener los sueños”.

Desde la salida cada uno de los migrantes, en su momento, cargaba una cruz de madera sobre los hombros, el primero fue el hondureño Fulvio Galindo Zelaya, quien dijo que la migración es una cruz muy pesada que se vio en la necesidad de cargar, porque “allá en Honduras hay mucha pobreza y quiero sacar adelante a mis hijos“.

Cuando llegaron a la Calle Independencia, donde su ubica la estación Tultitlàn del tren suburbano y bajo el puente vehicular cruzado por la vías del ferrocarril, celebraron la catorceava estación del Vía Crucis; Guadalupe Calzada, directora de la Casa del migrante, ya referida, señaló las láminas y malla ciclónica que impiden el paso hacia las vías:” estos muros los pone el hombre, no Dios”, dijo, al punto que brotaban lágrimas de sus ojos y contenía la emoción del momento.

Agregó: ”Como migrante aprendí a caminar con ellos y sus necesidades- ella fue ilegal en California USA-por eso hoy les doy pan y techo, porque se de sus necesidades”; no hubo aplausos ni gritos sólo discretas lágrimas entre muchos de los asistentes.

La marcha fue en completo silencio, junto a los migrantes caminaron bastantes medios de comunicación, integrantes de organizaciones civiles y católicas como: Familias Unidas sin Fronteras; Movimiento Migrantes Mesoamericano; Lazos de Sangre y otras más procedentes de Chiapas y Oaxaca, por mencionar algunas.

En todo momento fueron custodiados por cuatro Pik Ups de la Policía Municipal de Tultitlàn. Ningún Ser Humano es Ilegal”, concluyó la marcha que celebró que en México ilegal no es sinónimo de criminal, según la decisión del Senado de la República.

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